Vivió en el aeropuerto Charles de Gaulle de París entre 1988 y 2006. Había vuelto al recinto en septiembre pasado tras pasar un tiempo en un hogar de ancianos.
Mehran Karimi Nasseri, el hombre cuya historia inspiró a la película “La Terminal” de Steven Spielberg, falleció el sábado pasado en el aeropuerto que se transformó en su hogar desde fines de la década de los ochentas.
El refugiado iraní vivió durante 18 años en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, lugar en el que falleció de un ataque al corazón.
Un portavoz del recinto explicó que Nasseri tenía más de 70 años y había decidido regresar al aeropuerto a mediados de septiembre pasado luego de haberse hospedado en un hogar de ancianos. Según planteó el comunicado, el refugiado iraní buscó pasar sus últimos días “como una persona sin hogar en el espacio público del aeropuerto”.
Nasseri inicialmente residió en el aeropuerto entre 1988 y 2006 a raíz de obstáculos legales para verificar su condición de refugiado, pero con el tiempo decidió mantenerse en el Terminal 1 del aeropuerto por elección propia. Esa situación inspiró la historia de Viktor Navorski, el personaje que interpretó Tom Hanks en la película de 2004.
A lo largo de su estancia en el aeropuerto, y en situaciones que fueron replicadas en la pantalla grande, Nasseri transportaba sus pertenencias en un carrito de equipaje. Siendo conocido bajo el pseudónimo de “Señor Charles”, habitualmente dormía en un banco de plástico rojo ubicado entre un local de pizzas y una tienda electrónica. Para subsistir, recibía cupones de comida por parte de los empleados del aeropuerto y recibía artículos de limpieza de parte de los asistentes de vuelo.
Con los pies en la tierra
Aunque por largo tiempo las autoridades tuvieron problemas para ratificar la historia de Mehran Nasseri, sí logró determinarse que nació en la ciudad iraní de Masjed Soleiman en 1945.
De acuerdo a lo planteado por Nasseri, sus problemas en Irán comenzaron debido a sus protestas contra el gobierno de Shah Mohammed Reza Pahlavi durante sus años de estudiante en Inglaterra. A su regreso al país, fue encarcelado por actividades antigubernamentales y posteriormente fue exiliado.
A comienzos de los ochentas, el ciudadano iraní recibió el estatus de refugiado por parte de Bélgica, lo que le permitió viajar sin problemas entre Inglaterra y Francia. Pero lo anterior cambió en 1988, cuando fue detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle debido a que no contaba con su pasaporte. Según su declación, poco antes había sufrido un robo en una estación de tren.
Como Nasseri tenía en su poder un ticket para trasladarse a Londres, las autoridades francesas inicialmente le permitieron trasladarse hasta Inglaterra, pero en ese último país le negaron el paso y fue devuelto al aeropuerto francés. A partir de ahí, sin la posibilidad de probar su identidad, fue trasladado a un área de espera para viajeros sin papeles.
En 1988 comenzó a pasar tiempo en el aeropuerto sin que su situación fuese resuelta, por lo que las autoridades francesas terminaron determinando que no podían deportarlo debido a que ningún país lo aceptaría.
A fines de 1999 recibió una autorización para salir del aeropuerto y moverse libremente por Europa, pero el paso de tiempo le pasó factura. Nasseri simplemente prefirió mantenerse en el lugar, ya que tenía miedo de dejar al aeropuerto, lo que extendió su estadía por casi dos décadas.